martes, 8 de septiembre de 2009

Crónica de Alagón - 2009

CRÓNICA DONOSA DE LAS JORNADAS QUE LOS CABALLEROS FIDELES REGI PASSARON EN LA VILLA DE ALAGÓN CON MOTIVO DE SU TOMA POR LAS TROPAS DEL REY DON ALFONSO EL PRIMERO, DEL MUCHO JOLGORIO QUE EN ELLAS SE DISFRUTÓ ET DE LAS GRANDES AMISTADES E CAMARADERÍA QUE CON AQUESTE MOTIVO SE CONSOLIDARON EN ADELANTE

Contada, como quiere la costumbre, por el Cronista Maior de la hueste Fideles Regi, dom Enrique de Çaragoça, que aún anda buscando la su quijada desencajada de la mucha risa e carcajadas como en Alagón se disfrutaron.In nomine Patris, et Filii, et Spiritu Sancti.
Amen.

PRIMERA JORNADA

Da el estío sus últimos coletazos, con sus calores e agobios, mas no por ello cesan las actividades de la Hueste Real, que es digno de bravos guerreros y honorables barones acudir a cuantos llamamientos sean fechos en pos de la lucha contra el infiel e la defensa de la Verdadera Religión, de modo que era nuevamente convocada la Mesnada Fidelis Regi al asalto de la villa de Alagón, que en manos de los almorávides se hallaba, al reparto del botín que en ella se hallare e a la apertura del mercado de la dicha villa, además de otros muchos actos que los Fideles Regi solemos desarrollar cuando a tales menesteres se nos convoca.

Es la noble villa de Alagón un notable casar situado a escasas quinze leguas de la ciudad de Çaragoça, que fue tomada por el rey don Alfonso faze dos anyos, por lo cual debíase afiançarse la ciudad del Ebro e seer resguardada de ataques infieles por el oeste, motivo que llevó al buen rey Batallador a planear el asalto a Alagón por engrandecer su reino e defender su capital. Mas aún non siendo muy grande poblazión, tuvo graves dificultades el maese escribano en hallar el lugar de acampada de las huestes, pues creyendo en su menguado entendimiento que se encontraba en la plaza do en otras occasiones había plantado sus reales la hueste de los Ricoshombres de Aragón, encontróse el lugar vacío de propios e extraños, gastando grandes sudores en encontrar su emplazamiento, al que llegó casi una hora antes de sexta.

Habiéndose convocado a las tropas para tal efeto, pues, allá habían acudido a acompañar a la Hueste Regia los mesnaderos mercenarios de ACHA con el freyre templario don Ximeno Marco de Celaya a la cabeça, assí como los arqueros de don Íñigo de Azogaraz e la compañia ARCOMEDIEVO, de modo que cuando el sábado, día 5 de setiembre a la mañana, tras las tribulaciones antedichas, llegóse el escribano con su corcel albo a la campa do se levantaban los pabellones de los mílites congregrados para mayor gloria del reino et de su protector San Jorge, tuvo grande alegría de saludar al buen freyre templario don Ximeno, a don Javier Potter, a don Carlos, donna Pilar e donna Natalie (cuyo nombre me barrunto que por su sonoridad procede de tierras ultramontanas), a micer Rais de ACHA, e a otros mesnaderos de la Hueste del Lobo Negro cuyo blasón campeaba orgulloso ante sus tiendas, assí como a don Íñigo de Azogaraz e otros arqueros de la mesnada ARCOMEDIEVO e, naturalmente, a los Fideles don Sancho de Antillón, don Gombaldo de Tramacet (que habría de marchar de allí a poco a sus quehaceres), don Artal de Alagón (que en el casar alagonés tenía a la su familia), don Rodrigo de Liçana, don García Romeu, conde de Villalba, e incluso a donna Luisa Magistra et don Gus de la Birra (con grande sorpresa, pues que hacía luengo tiempo que non saludaba), abrazándolos a todos con grande plazer, pues siempre es grato encontrar a tan nobles hermanos de armas en tan dichosas occasiones.

Púsose todo el mundo en movimiento acabando de adereçar los pocos pabellones que aún quedaban por montar, et entre risas, bromas e saludos llegóse la hora de vestir al caballero con panoplias de los sieglos XII, XIII e XIV, mas de tal modo que, habiendo desarrollado sus actividades arqueras et trebuchetarias los compañeros de ARCOMEDIEVO, e coincidiendo los fastos por la toma de la villa con los actos desarrollados por los mesnaderos Fideles Regi e ACHA, apenas una docena mal contada de visitantes pudieron disfrutar del acto, de manera que presentó el escribano al respetable público las armas e vestimentas de don Rodrigo de Liçana (con su espléndida cota de mallas lamelar) e don Artal de Alagón (cuya panoplia conoscemos todos de sobra e, por tanto, es tontería volver a describir en aqueste pergamino) passando a continuatio a mostrar el complejo equipo de un caballero del rey don Pedro el Ceremonioso la bellísima donna Pilar de ACHA, lo cual fizo con admirable donosura incluso cuando los borricos de sus escuderos colocaron al buen don Ximeno Marco de Celaya los escarpines al revés, el derecho sobre el izquierdo e viceversa, lo que fue celebrado con grandes risas para disgusto de los vestidores e regocijo del público, entre el cual se hallaba un muchachico que nos fizo inteligentes e retorcidas preguntas que nosotros respondimos del mejor modo que el entendimiento nos permitió...

Acabado el acto retornamos a la campa por dexar en sus lugares las pieças de las armaduras e, de allí a poco, congregámonos para acudir al yantar, pues a lo tonto faltaba sólo una hora para nona e los estómagos nos ruxían por falta de participantes a los que dar la bienvenida. Fue la comida dispuesta en un gran salón próximo al campamento e consistió en la consabida ensalada e racho de carne de pollo con patatas (del que mis lectores ya saben lo que piensa el escribano, ¡Dios le dé mala cosecha a la patata, poco grano a las gallinas e óxido a la olla del cocido!), a pesar de lo cual dimos buena cuenta dello por non tener otra cosa e non faltar hambre para recibilla. Afortunadamente siguió al yantar, como postre, una muy sabrosa rodaja de sandía e un café con leche que aplacó mi discreto malhumor por el rancho del demonio, saliendo del comedor más templado e de mejor compostura que cuando ví el condumio de mis amores, Dios me perdone el pecado de la Gula como tantos otros que me debe passar por alto.

Abrióse la sobremesa encendiendo la primera cachimba e disponiendo maese Harry Potter también la suya, que era admirable labor de orfebre musulmán, de más de una braza de longitud, toda ella en metal e madera, que arrancó exclamaciones de asombro entre los mesnaderos, pues antes parescía el artilugio bulbosa lanza de guardia mora que cachimba de tabaco melado. Dedicáronse los soldados de ACHA a distintos quehaceres de campamento (trabajo con cuero, bruñido de metales, etc.) e, habiéndose passado ya la hora de completas, iniciamos la actividad de enseñar las artes de la esgrima a los niños de la población mientras el escribano se disponía a certificar su participatio en unos diplomas otorgados por Su Majestad el rey don Alfonso, como tal solemos fazer en aquesta actividad. De tal manera que acabando don Sancho de Antillón sus clases de esgrima, acudieron los infantes en tropel a por su diploma, viéndose desbordado el maese escribano por el trabajo de trazar sus nombres en los pergaminos con sus cálamos e tintas, que era maravilla de ver cómo a una quincena de muchachos e muchachas partiipantes en la actividad correspondían no menos de treinta diplomas escritos con donosa letra gótica, que fue ahí donde el escribano comprendió al fin el milagro de los panes y los peces, pues assí como con tan solo cinco dellos Cristo dió de comer a miles de personas, maese Enrique de Çaragoça obsequió a quince muchachos e muchachas con treinta diplomas, non rescibiendo más que uno cada uno dellos, lo cual me fizo sospechar la presenca de aprovexados entrellos, y si non que baje Dios de las Cielos e me lo explique...

(Continuará)