lunes, 27 de diciembre de 2010

Crónica de la Marató 2010 (y 5)

TERCERA JORNADA (ET POSTRERA)
"Mira, mama... ¡Una castanyera!"

Amanesció el día de San Hermógenes, domingo, 12 de diciembre, muy limpio e soleado como los anteriores, si bien con tempero algo fresco e los mesnaderos levantáronse de los catres poco antes de la hora de tercia, vistiendo sus ropas et faziendo sus abluciones para luego baxar al refectorio por desayunarse igual que el día anterior. Aquesta vez eran un poco más animados los rostros et los modos, pues la noche había sido algo más larga que la anterior e los cuerpos andaban descansados, pero aún assí faltaban nuestras inyecciones de cafeína "expresso" et lamines para despertar del todo. Dímonos los buenos días, salímonos al tempero del exterior por despejarnos completamente et de ahí a poco començó de nuevo a cobrar vida la Marató disponiéndose los armeros e preparándose las lizas para el tiro con arco et los juegos varios mientras ya por la puerta del albergue asomaban tímidamente los primeros visitantes una hora antes de sexta. Llegáronse por entonces al campamento de la Marató unos titiriteros armados de extraños artilugios que dixeron seer de la TV local de Vilafanca, e allá les estuvo atendiendo maese Jaume Montull e luego yo mesmo, pues díxeles que podrían grabar buenas imatges en la capilla del campamento con el monje orando ante la talla de Nuestra Señora, cosa de la que quedó el muchachico muy satisfecho et yo más, máxime cuando la mesma oportunidad ofrecí a una muy hermosa dama que por allá se pasó con sus cámaras e artilugios del Diablo et que también robó mi alma con ellos, cossa que non me importa porque hace ya mucho que la tengo perdida por mis muchos pecados et malsanas inclinaciones, assí que de perdidos al río.

Poco passaría de la hora de sexta cuando ya nos preparamos todos para una segona edición de la batalla entre las enfermedades et los medicamentos, no sin antes tener que adelantar un poco las vallas de protección de los curiosos espectadores pues algunos desaprensivos habían aparcado sus camellos demasiado cerca dellas e non había espacio do posarse para contemplar la lid cómodamente. Fecho lo qual passamos ya a la batalla propiamente dicha, que fue similar a la del día anterior, con don Ioan de Ancheta liderando a la Marató et don Ruy de Urrea a la Sífilis y demás maladías, acabando con lucido combate entre la Gonorrea y el Paracetamol que, aunque acabó con la derrota de éste, dió lugar a una carga salvaje de las encoraginadas enfermedades que, a la postre, fueron vencidas por el Ibuprofeno, el Nolotil y el Frenadol capitaneados por el doctor Ancheta, quienes cortaron de nuevo la cabeza a don Ruy de Urrea, que debía seer el Cáncer a lo menos, et que vio perderla por segunda vez, cosa que no es de preocupar porque un ricohombre de Aragón como mi señor de Urrea tiene cabeza suficiente para perderla media docena de veces... Et non digo más.

Tras la batalla, que a juzgar por los comentarios había resultado mucho más lucida que la del día precedente, y ello a pessar de la pérdida de la punta de la lanza del Paracetamol, que resultó ser de calamina e más falsa que un sueldo jaqués de madera (la punta de la lanza, digo, no el Paracetamol), procedimos a continuar con las actividades, que ya digo questa Marató iba a resultar agotadora para muchos, et la recaudación de fondos. Et era la siguiente un vestir al caballero del que se ocupó ya complidamente maese Pero Maça sin que el escribano metiese la pata, teniendo en cuenta además que maese Atho de Foces me había recordado lo del esparadrapo minutos antes de la actividad, a pesar de lo cual hubo de meter baza el escribano para bendecir al caballero antes de entrar en combate, que antes se congelará el infierno que cierre la boca el parlanchín del monje... E tras aquesta nueva muestra de soberbia, mientras paseaba después el monje escribano altivamente su gallardía por el campamento, saliendo a la calle por sorprender a los transehúntes, como suele dezirse "más bonito que un San Luis"con su sayal negro benedictino, su capa de lana et su capucha e bastón, bajáronle a la tierra las palabras de una niñica que paseaba con su madre, et que al verme de tal guisa e porte dixo en parla catalana:

"Mira, mama... ¡Una castanyera!"

Lo qual dexome un poco corrido de vergüenza et me recordó que subirse a la parra tiene el inconveniente de que aluego hay que bajarse, aunque sea a pedradas. E bien que me bajó, la cría del demonio, que a partir de entonces mis compañeros non cesaron de pedirme un par de docenas de castañas calenticas, los muy carnuces, con grande grita de risas e cachondeo... Marché al campo de tiro con arco por distraerme un poquico et disparé unas cuantas flechas (a escondidas de mi señor de Urrea, que no gusta destas aficiones entre sus siervos) con diferente fortuna con un arco de 45 libras prestado por maese Xabier Bernadí.

Mas olvidemos el incidente tontorrón et sigamos narrando algo que puede parescer lubricidad e fijación psicótica mas debe también consignarse en aquestos pergaminos que toda la verdad recogen, et fue tal que por entonces vido el escribano en la taberna de la Marató un hermossísimo trasero femenino forrado de cuero e acompañado de luengas piernas por abajo et sugerentes espaldas et dorados cabellos por arriba, todo lo qual me fizo olvidar durante unos minutos el asunto de la castañera. Mientras mis ojos se quedaban prendidos de esos pantalones tan bien guarnecidos el resto de mí entró en el albergue, do maese Assalit de Gúdal fízome notar también la presencia de la dama con grande admiración et díxele que también yo la había sentido et que estaba el pandero como para tocar villancicos en él, (¡Jesús, María y José me protejan!). E non paró ahí la cosa, sino que en saliendo de nuevo al exterior dirixíme a la dama diciéndole con galante sonrisa: "Me gusta mucho ese pantalón, pero non resulta apropiado para la castidad de un monje... ¡A ver si voy a tener que aplicar excomuniones en aquesta Marató!", lo qual fizo reír a la dama, que al parecer era familiar de los arqueros de Arcoflis e comió con nosotros et otras daifas que la acompanyaban, alegrándonos la vista sobremanera.

Pues habéis de saber que a lo tonto érase llegado ya el momento de la pitanza, que en esta última ocasión fue de fideuá como primera vianda, pollo relleno con jamón dulce y queso como segunda et postre de pastelillos de yema e chocolate, finalizado todo con un cafecico expresso como colofón. Et como ya dixe varias veces que los yantares fueron dignos del Olimpo, non credo necesario ponderar también aqueste. Finalizada esta última comida e felicitados loa anfitriones por ella, abrióse de nuevo campo para el relajo hasta casi la hora de vísperas, en la qual teníamos programado un nuevo vestir al caballero et un cuentacuentos. Pero antes volvimos a tener la visita de maese Martin de Praga, que traxo su cachimba e invitónos a pasar un ratejo con él, si bien la situación no terminaba de ser cómoda para mí e para el descabezado don Ruy de Urrea por el escaso dominio que el muchachico tenía de la parla espanyola, pues llevaba apenas tres meses en Catalunya et entre el castellano, el catalá, el alemán y el checo debía tener el pobre en su cabeza un Babel más tremendo e confuso que el bíblico...

Ya languidecía la tarde e algunos mesnaderos (la Milicia de Rioiia, los arqueros de Arcomedievo, el mesmo don Ruy de Urrea -preocupado por la salud de su esposa- e don Ximen Cornel) se despedían e partían hacia sus respectivos casales cuando tuvieron lugar las últimas actividades de la tarde, como dige más arriba. Trabóse primero exhibición de combate entre caballeros de ACHA e Fidelis Regi, fízose aluego el último cuentacuentos por parte del escribano, que relató a una pequeña tropa de infantes la historia del Hijo del Zapatero (non confundir con personajes políticos del siglo, que non hi han nada que ver) et la de los Sagrados Corporales de Daroca congrande deleite para los espectadores. Mas ya entonces bullía todo el campamento de actividad, pero esta vez para su desmonte, que ya las armas estaban siendo cargadas en los jumentos, los pabellones vueltos de nuevo a tierra, las ropas cambiadas por otras más cómodas et començaba el tiempo de los abrazos, besos, apretones de manos e despedidas. Estrechamos cuerpos e manos muy efusivamente, felicitando a los anfitriones por sus desvelos e prometiéndonos encontrar todos de nuevo al pie de la Escaleras de los Amantes en Teruel, el próximo mes de febrero...

Poco más queda por contar... Recorridas las salas del albergue et las campas exteriores por ver si algo nos dexábamos, montamos don Xavier Polo, don Luis Gominolo, don Assalit de Gúdal e yo mesmo en el caballo del primero e tomamos camino hacia Çaragoça en medio de la noche, deteniéndonos en un fondaco de Los Monegros para cenar (ya que don Assalit no disponía de condumnio en sus posesiones zaragozanas e quiso tomar un piscolabis de camino a casa) para disgusto de don Atho de Foces, que ya era llegado al castillo Fidelis en Çaragoça e nos esperaba para descargar enseres en él. Yo, por mi parte, detuvíme a la entrada de la ciudad para tomar a mi vez mi propio jumento e regresar a mis tierras en Zufaria con el cuerpo derrengado más el ánima muy complacida, contenta e dichosa de las tres magníficas jornadas passadas en compañía de las grandes mesnadas de la Corona de Aragón et los castellanos de Rioiia en Vilafranca del Penedès et para una tan noble causa como la de la Marató.

E assí, como lo he contado, fue como sucedió et como lo continuaré narrando todos los años que Dios tenga a bien concederme de vida et en todos los eventos a los que la hueste regia sea convocada.

En el castillo de Zufaria, a 15 días del mes de diciembre de 1210, festividad de San Urbez de Nocito.

Enrique de Çaragoça

Crónica de la Marató 2010 (4)

CONTINUATIO
"¡Entalto Urrea!"

Comimos, pues, con buena gana e mejor compañía una pitanza sabrssísima como todas las que en la Marató degustamos, y que en aquesta ocasión era de ensalada de pasta como primera vianda et una carne guisada con salsa como segunda, acabando con unos lamines de chocolate et yema como postre, tras lo cual algunos mesnaderos -don Atho de Foces, donna Rocío su esposa, don Assalit de Gúdal, maese Gominolo et yo mesmo- retirámonos a nuestras habitaciones por robarle algo de sueño al tiempo antes de començar las actividades de la tarde. Fue una bien aprovexada siesta de apenas una hora, pero nos templó los ánimos e descansó los cuerpos siquiera brevemente, que mucho lo necesitábamos. ¡Bendita sea la costumbre mora, que non por venir de infieles resulta menos agradable e bien discurrida!

Levantamos del catre una hora antes de vísperas, salvo maese Pistachito, a quien non quisimos despertar porque necesitaba del sueño más que nosotros, cambieme de ropas por otras más calenticas (ya que el frío empezaba a llegar acompañado por las sombras de atardecer) e preparámonos para las siguientes actuaciones, que non eran otras que la continuatio de la exposición de armas, una exhibitio de lucha con espadas entre los caballeros de ACHA et un cuentacuentos del que se encargó vuestro escribano, contando tres historias sobre "La Campana de Huesca", "Ioan, el escudero, y el Dragón" (la qual ya conoscen mis lectores por lo de Moyuela) et "La muerte del rey don Sancho Ramírez" ante un público que parescía poco interesado en alguna dellas, sin duda por tratarse de historias del reyno d'Aragón desconocidas en el Condado de Barcelona, a pesar de lo cual fue muy aplaudido el escribano por su buen recitar e su mejor cantar. Digamos también que fue una tarde muy completa de visitas, pues rescibimos la de Fray Galcerán et la de Jaume Escudé, que por allá se passaron a saludarnos muy contentos, además de todo un regimiento de adolescentes que se interesaron muy en especial en las armas de la expositio, faziendo montar en cólera a maese Corronchos cada vez que veía a los impetuosos jóvenes lanzarse sobre manguales, espadas, yelmos, hachas et dagas sin precaución alguna et con grande precipitatio e curiosidad.

Conoscimos también aquella tarde a maese Martin, un joven muchachico de apenas 20 primaveras procedente de un extranyo lugar llamado "Praga", que parlaba la lengua castellana de malas trazas et que resultó un gran aficionado a la cachimba, de modo que entre los infantes que dibuxaban escudicos et las damas que servían cerveza e refrescos en la taberna pronto se plantó la cachimba de maese Martin junto a la de don Ruy de Urrea et fumamos todos los tres un muy aromático tabaco de cereza, especialmente cuando donna Elisa de Montserrate consiguiónos carbón de quemar en una tienda de la villa, lo cual muyto le agradescimos. Ciertamente no he insistido demasiado en el asunto de la sisha, pero como es sabido que allá do se junten las casas de Urrea et Pardo ha de haber siempre una cachimba encendida do disfrutar de momentos de relajo, no me ha parecido necesario ahondar en la cuestión, que es lo mesmo que dezir que fumamos como carreteros cada vez que pudimos fazerlo durante todos los tres días de la Marató. E aún he de comentarvos también que en lo que toca al fumeque, estaba prohibido fazerlo en el interior del albergue por lo cual fue necessario salir fuera al relente de la noche cada vez que algún mesnadero pretendía incinerar cilindrines, de tal manera que alguno atrevióse a sugerir que siendo más los fumadores que los abstemios aún debían ser éstos quienes saliesen fuera. Mas non diximos nada desto a nuestros compañeros por no soliviantar los ánimos.

Llegóse destos modos la hora de la cena, que fue de macarrones e albondiguicas con salsa muy sabrosas, tras la cual volvimos a probar los lamines de yema e chocolate que antes dige. Fecho esto llegóse la ocasión del segundo pase del espectáculo de Les Morenitos, que volvieron a repetir la Balada de Pardines para los numerosos arqueros que habíanse juntado en Vilafranca, et luego cantaron para don Ioan de Ancheta una Serenata Tímida et una otra Serenata Intimidatoria. Abierto un período de tiempo para el descanso, en el entreacto nuestros hermanos de Arcoflis aprovexaron para homenajear a los presentes agradeciéndonos grandemente nuestros muchos trabajos en la Marató et otorgándonos unos diplomas para cada mesnada como recordatorio de la ocasión. Et tras ello, "Les Morenitos" ofrecieron para acabar un copublicado del Comando Fidelis, "grupo que reivindica la supremacía de los Ricoshombres de Aragón por encima de arqueros, ballesteros, almogávares y otra gentuza" según ellos mesmos se presentaron, cubiertos por yelmos anónimos, pidiendo entre otras cosas la ampliación del canfranero hasta Atenas e Neopatria e la prohibición de usar flechas, virotes y hondas en todo el territorio de la Corona, recordando además que la devolución de los Bienes de la Franja retenidos en Lleida non era preciso pedilla por encontrarse tales Bienes ya en Aragón, pues todo es su Corona incluyendo el condado de Barcelona, acabando todo con un "¡Entalto Urrea!" como grito de guerra del Comando Fidelis.

Muy lindamente aplaudido fue el sainete por todos los presentes, tras lo qual se fragmentó la reunión en varios grupos dispersos por el albergue de tal modo que revoloteó vuestro escribano acá e allá, ora jugando a un juegop de pistas con las damas e caballeros de Gala Placidia, ora fumando sisha en compañía de don Ruy de Urrea, ora ejercitando la voz en el cántico de viejos cármenes infantiles con los mesnaderos de ACHA a través del micrófono, desgranando antiguos sones como "Ancho Cipote, Cipote Ancho", "La Abeja Maya", "La guerra verdulera" (que el escribano cantó de primera a última nota, rescibiendo la felicitatio de la bella donna Pilar Magaña), "Ornitorrinco" e otras muytas, además de un juego chusco inventado por un mesnadero de ACHA e don Marco Ieneguez consistente en hallar títulos de películas con la palabra "macarrón", de tal manera que por allá passaron "El macarrón de las galaxias", "Los macarrones de Elliott Ness", "Salvar al soldado Macarrón", "Macarrón-man" o "20.000 macarrones de viaje submarino", tontada esta última que fizo partirse de risa a mi señor de Urrea como si hoviesse escuxado el comentario más chusco del mundo.

Mas a esas horas (debía faltar poco para la de maitines) andábamos todos ya mui perjudicados del poco dormir et el mucho trasnochar la nocte anterior e decidimos retirarnos a nuestros aposentos a la espera del nuevo día, última de las jornadas de la Marató...

Crónica de la Marató 2010 (3)

SEGUNDA JORNADA
¡Ataca, Hepatitis! ¡Mátalos Ibuprofeno!

Aún no había cerrado los ojos la mesnada en esta madrugada del día de San Eutiquio cuando el sol ya nos impelía a volvellos a abrir, saltar de la cama tan animosamente como una tortuga embarazada, vestir de nuevo las ropas talares (por primera vez los mis companyeros, que yo ya andaba ahíto de sayales desde la tarda anterior), e dexarnos caer hasta el refectorio por desayunarnos con unos muy estimulantes cafés preparados "expresso" por nuestros anfitriones, remojando en ellos croissantes e magdalenas a plazer, lo cual templónos los cuerpos aunque non contribuyó demasiado a abrirnos los ojos. O al menos, no a la mi persona, que aunque acostumbrado estoy al mucho madrugar et el poco dormir, dos horas de sueño siempre serán a todas luces insuficientes para cualquiera que pueda llamarse ser humano.

Charlamos un poco los mesnaderos acerca de los acontecimientos de pocas horas atrás e prontamente procedióse a la organizatio del campamento disponiendo en uno de los pabellones una mui lucida capillica de campaña con lámpara, velas, altar vestido de ricas telas y la talla de Nuestra Señora que ya conocemos de Peracense, a más de las mesas de expositio de armamento que iba a ser explicado por los mesnaderos de ACHA y Fidelis et probado por los muytos visitantes que esperábamos se acercasen al campamento, pues en aquesta ocassión tuvimos la buena idea de mostrar nuestras exquisitas artes de vestimenta e maneras repartiendo en el portón a quantas cabalgaduras e viandantes passaban por frente a él unos folletos explicatorios de nuestra presencia en Vilafranca et de la noble finalidad de la Marató. Añádase a ello que la tarde anterior donna Rocío, don Pero de Ahones e yo mesmo habíamos tomado unos reconstituyentes en una fonda próxima a nuestro campamento, despertando la curiosidad de quantos clientes en dicha fonda estaban et que a la mañana que acababa de despertar la acompanyaba un discreto pero hermoso e agradable solico de invierno para suponer que nuestras previsiones de visitantes eran, cuando menos, asaz optimistas.

Una hora faltaría para sexta quando ya el campamento de la Marató lucía en todo su esplendor, los armeros estaban dispuestos, los puestos de arquería listos para rescibir a infantes e adultos e ya los primeros curiosos se acercaban al albergue no sin antes retratarse en las huchas dispuestas para recoger sus donativos, que muy delicada e donosamente les demandaban donna Roçío, donna Pilar Magaña et donna Elisa de Montserrat en la mesa dispuesta a la entrada del recinto (rescibiendo por su dádiva las gracias de tan excelsas señoras et una pegatina con el nombre de Arcoflis para seer reconocidos como buenos), vendiéndoles además unos boleticos para un sorteo de una cesta de Navidad. Dióse el caso de que una daifa equivocó la cuantía de uno de los papeles-moneda introducidos en las huchas, dexando para el coleto de la Marató nada menos que 50 euros jaqueses creyendo seer 10, por lo cual se le entregó a la benéfica señora una cierta cantidad suplementaria de boletos para el sorteo de la cesta et enrronándola de pegatinas que gritasen a la muchedumbre su generosidad, quedando las damas de la puerta muy contentas del equívoco et la protagonista del mesmo un poco menos por su mala cabeza. Algo menos amable, pero más contundente era la artimaña de maese Corronchos, que explicaba las armas de los caballeros de la época de don Pedro el Ceremonioso et en lo más álgido e interesante del relato lo interrumpìa arteramente... hasta que los oyentes depositaban nuevas dádivas en las huchas et el bueno de maese Corronchos continuaba su explanatio como si el tintineo de los maravedíes le hubiesen devuelto la energía. De modo similar era el proceder de maese Assalit de Gúdal, el cual estaba ya plenamente repuesto de su nocturno viaje en globo, de modo que el buen caballero aprovexaba cualquier circunstancia para recordar a los assitentes la buena obra que allá se estaba realizando al donar unos pocos euros jaqueses et passar la hucha una et otra vez entre los curiosos, de tal modo que ambos dos excelentes caballeros hallaron buenas tretas para que el fin de la Marató fuesse todo lo rentable posible.

E assí entre unas cosas y otras llegóse la hora de la batalla programada en el festejo, de modo que nos diriximos todos con nuestras armas (la Fe, en mi caso) para desarrollarla en el descampado próximo al campamento. Anunciaron la llegada de los atacantes las senyoras donna Aina et donna Ingrid de Gala Placidia con grandes gritas et pronto formáronse dos grupos que representaban, de un lado, a las enfermedades producidas por lesiones medulares, capitaneadas por mi señor don Ruy Ximénez de Urrea et, por el otro lado, a los representantes de la Marató con el sennor don Ioan de Ancheta a la cabeza. Arengó don Ioan en parla catalana a sus tropas, entre las que se encontraban -¡cómo no!- los arqueros de Arcoflis et Arcomedievo, los quales trataron antes de convencer al monje para que ofreciese a gritos cien monedas de oro por la cabeza del Urrea, ¡cosa a la que me negué en redondo porque un fiel sirviente siempre vela por su amo y non lo traiciona! (y mucho menos de gratis), et a continuación el monje escribano bendijo a los defensores arrodillados ante la presencia del representante del Señor con buenos latines e desseos.

Comenzó tras ello la batalla con lanzamiento de flechas hacia los atacantes et, tras varias andanadas, trabóse combate individual en tan hilarante modo que, tratándose de enfermedades contra medicametos, oyéronse en varias occasiones gritos sorprentes como "¡Mátalos, Ibuprofeno!", "¡Ataca, Hepatitis!", "¡Por la Sífilis, adelante!", "¡Aspirina, sus y a ellos!" et otros tan desconcertantes et plenos de cachondeo como los descriptos, que fizieron encanarse de risa al escribano et a los asistentes al acto guerrero. Desde el campamento se pedía por megafonía a los curiosos asistentes que animasen a los defensores con sus gritas, que non parescían demasiado recías. Tras los primeros escarceos de lucha juntáronse en medio del campo de batalla don Ioan et don Ruy a parlamentar, mas non llegando a un acuerdo continuóse la batalla hasta caer las enfermedades derrotadas et don Ruy rodeado por la Farmacología en tal modo que lo fizieron arrodillarse et cortáronle la cabeza, la qual fue arrojada al público con desprecio ante la alarma e griterío del mesmo (dígase para aclarar tan alarmante noticia que la cabeza era una de goma que los mesnaderos de ACHA suelen llevar allá donde acuden a mostrar sus artes guerreras et que don Ruy conservó la suya, bien generosa de pelo ensortijado, sobre los hombros en todo momento).

Acabada la batalla con la victoria de la Marató, regresamos a la campa do nos esperaba la siguiente actividad, que era un vestir al caballero a la usanza de los siglos de don Jaime I et de don Pedro IV, et para no perder la costumbre el escribano charrinas tuvo que meter la pata et ponerse él mesmo a explicar la vestimenta civil de don Atho de Foces quando, al parecer, estaba dispuesto que fuese maese Pero Maça quien lo fiziese. He de decir para mi descargo que al seer costumbre del escribano fazer la descriptio de los ropajes del vestir al caballero, estaba convencido de que debía fazerlo también en aquesta occasión, por lo que non erré demasiado en mis explicaciones pero sí se quedaron algo cortas en comparatio con las muchos conoscimientos de mi querido et admirado maese Sorando en lo que a telas, cosidos e ropas civiles medievales toca. Tras ello, maese Ximén Cornel fizo la descriptio de las ropas e armas militares con la erudición que le caracteriza et acabado el acto rescibí un amable rapapolvo de mi buen compañero e siempre amigo don Atho de Foces, quedando yo algo avergonzado del equívoco et prometiéndole comprar un esparadrapo para taparme la boca la próxima occasión en que fuese a tomar iniciativas sin consultallo. Tontadicas sin importancia, en fin, que ponen un poco de sal a la vida.

E assí deste modo llegó la hora del yantar. Et también la de cambiar de pergamino, que bastantes palabras quedan reflejadas ya en este...

Crónica de la Marató 2010 (2)

CONTINUATIO
(Globomedia... o entera)

Llegamos, pues, tras tanta peripecia a la fonda de Villafranca e trobamos allá a nuestro buen Jaume de Montull, a donna Elisa de Montserrate, a don Ioan de Ancheta, a donna Sabina, a donna Triu (que la recordarán vuesas senyorías de aquellas chanzas en lo de Caspe, con el "estríu", el "tríu de reyes" et otras tontunas), a don Xabier Bernadí de nuestros anfitriones de Arcoflis et otrossí a los mesnaderos de ACHA que vinieron luego (el freyre templario -ni frío ni caliente- don Ximeno Marco de Celaya, maese Agón de Montanyana, donna Thoser, donna Milena Fernández de Ximeno, maese Corronchos Ignifocus et otros más cuyos nombres mi memoria siempre intermitente non guarda agora), los quales conjuntamente con maese Ienego de Camberos, la su esposa donna María de Laguna et su fijo don Marco Ienegez (el del cuerno, que recordarán vuesas senyorías cuando lo de Caspe et otras muytas murgas) de la Milicia Concejil de Rioiia, los arqueros de Arcomedievo de don José Íñigo de Azogaraz, las damas Ingrid et Aina et los caballeros de Gala Placidia (con los que trabé conocimiento como se verá) et la mesnada Fidelis Regi, compuesta por don Atho de Foçes, donna Rocío Bruna, don Pero de Ahones, mi señor don Ruy Ximénez de Urrea, don Ximeno Cornel, don Pero Maça, don Assalit de Gúdal et don Xavier Polo formamos una muy bien nutrida cuarentena de mesnaderos, todos los quales fuimos saludados e abraçados con grandíssima alegría et dicha, pues era muyto el tiempo que non nos habíamos visto y siempre es gratíssima la ocasión de encontrallos allá donde una cuerna llama a la batalla a las mesnadas de toda la Hispania, máxime cuando el motivo es tan noble e tan digno de esfuerço como el que en Vilafranca del Penedès nos aguardaba. Únicamente empañó el feliz reencuentro el no contar con la presencia de los excelentes senyores del Norte Iparreco Iaunac, cuyos trabaxos en sus tierras vascongadas les impidieron la presencia física, mas no la de sus espíritus, que bien de seguro se hallaban entre tan lucida e magnífica hueste. Una sola presencia non eché a faltar en absoluto, mas non quiero ser indiscreto ni prolijo en este punto et me darán vuesas senyorías licencia para guardar para mi coleto los malos recuerdos. Y si non me la dan, peor para ussías.

Fecho el recuento de las naves, continuemos relatando que muy de seguida desembarcamos nuestros enseres en las habitaciones dispuestas al efeto para los mesnaderos, y que eran unas con literas muy calenticas a maravilla, et ya en ese primer momento cambió el escribano sus ropas del siglo por los hábitos monjiles et non los trocó en todos los días de la su estancia en Vilafranca, de modo que mui bien puede dezirse que fue Maese Enrique de Çaragoça quien primero metióse en su papel hasta las trancas desde el albor del evento. Baxamos a los patios del albergue et ayudamos al alçado de los pabellones de la hueste Arcoflis, mas andaba, a todo esto, don Jaume Montull muy preocupado por la pérdida de una saca do el buen arquero tenía sus enseres particulares, que non parescía el bolso en parte alguna. Todo el mundo miraba por todas partes, mas la preocupación de nuestro anfitrión aumentaba de grado conforme passaban las horas hasta que, por fin, fue hallada la mochila en la parte trasera del albergue, sin duda dexada allí por broma o por despiste de algún mesnadero, ya que como era de esperar ninguno de los presentes hubiera sido tan villano de roballa...

Entre aquestas tribulaciones yo trabé conocimiento en el refectorio con los miembros de Gala Placidia, nueva mesnada que desconocía et que al estar compuesta por dos caballeros et dos damas et gustarle más a vuestro monje las faldas que a un tontico una piruleta, me fizo averronchar al calor de la dulce piel femenina en conversación galante, que eran las damas muy fermosas en verdad, tanto la llamada Ingrid (procedente de las frías tierras del norte de Europa, como sus dorados cabellos et garzos ojos proclamaban) como sobre todo la que dixo llamarse Aine, o Aina, o algo parescido, que era una delicada damisela morena de largas trenzas et muy agradables hechuras, de poco más de veinte y tres primaveras (¡Anda, que es tonto el escribano viejo verde!), con la cual charlé un buen ratejo hasta que mi señor natural, don Ruy de Urrea, llamóme a su vera rescatándome de las garras del Maligno lo qual mucho le agradescí, que paresce talmente que no escarmiento de pasadas penurias por causa de la femenina condición, et a mès a mès habíamos de ensayar unos sainetes que a la nocte íbamos a representar en nuestra conditio del dúo de juglares "Les Morenitos", como ya viene siendo costumbre en nuestras últimas acampadas.

A salvo, pues, de unas trenzas que hubiera atado a mi cuello sin dudarlo, subíme con el señor de Urrea a los altos del castillo et en la mesma mesa e sillones do el pasado anyo contemplé escenas surrealistas (et a la crónica correspondiente me remito), repassamos los dos nuestros papeles un par de vegadas para aluego baxar a cenar una muy sabrosa pitanza de ensalada de arroz et canelones como segunda vianda, de los quales la dama Ingrid non sabía si comer por seer vegetariana et non gustar de la carne. Mas descubriendo que los canelones eran de algo parescido al atún, comiólos la dama luego con deleite. Tomamos como postre unos lamines et maese Corronchos Ignifocus nos deleitó con unos flanes que habían sido cocinados de su mano et que desafiaban a la antimateria por su tremenda densidad, que era tal aquel manjar que non descendía al estómago sino en caída libre como peñasco ladera abajo del Monte Perdido, dexando las tripas resentidas del golpe. Et a ello se añadió un otro lamín llamado "Flancocho", elaborado con grande sabrosura mas que tuvo funestas consecuencias ulteriores como se verá...

Acabada la pitanza començó el espectáculo de Les Morenitos con la representación de la Balada de Les Pardines, un juguete cómico que narraba la solemne victoria de la Casa de Urrea sobre los arqueros en la campa homónima y en la cual el señor don Ruy Ximénez escarmentó para siempre a la chusma arqueril... O al menos así era narrado hasta que fizo acto de presencia don Jaume Montull, que persiguió a don Ruy et a mí mesmo con un arco, dando fustazos, hasta que don Ruy cantó al fin la verdad confesando que fue él quien acabó derrotado et convertido en erizo por las flechas de los arqueros, si bien a la postre en Peracense fueron ellos quienes se vieron obligados a defender el castillo rojo frente a las tropas atacantes de don Ximén Cornel, lo cual debió correrles en grado sumo. Tras este primer envite, passóse a otro en el qual contábamos con la presencia de una daifa cantante llamada Chenoa, la qual íbanos a deleitar con un carmen acerca del despecho de una mujer abandonada por un hombre... Mas como la tal Chenoa habíase perdido con su cabalgadura en la rotondas de Vilafranca non pudo presentarse en el albergue, de modo que salvamos la situación faziendo que don Ruy interpretase a la daifa, pues conoscía la mósica de la canción... mas siendo letra de mujer hacia hombre et seer don Ruy hombre cantando a muger, diose el hilarante caso de cantar don Ruy para donna Ioanna en lugar de Chenoa para don Ioan, de modo que la pobre dama a quien se dedicó la actuación tenía "pechos patilludos" e rudas maneras, arrancando las risas e aplausos del respetable, que lo pasó de lo lindo con ambas dos parodias.

Et assí poco a poco fueron los mesnaderos retirándose a sus aposentos, mas non el escribano et otros miembros de la mesnada de ACHA, que salimos al frío relente de la noche a charlas e fumar sisha et cigarrillos hasta altas horas de la madrugada, en las cuales sucedió la última aventura de la jornada. Y fue tal que maese Corronchos preparó un cigarro especial, mentolado al parecer, del cual non fumó el escribano por non seer su costumbre. Sí lo fizieron otros mesnaderos que con nosotros estaban, entre ellos don Assalit de Gúdal (que entonces aún era simplemente Mariano Pistachito), el qual llevaba ya en el su cuerpo un par de vasos de licor que tal vez le sobraban. Sea como fuere, en determinado momento ocurrió que don Assalit se agachó como para coger algo del suelo et qual non fue nuestra sorpresa al verlo caer redondo como zapo, firiéndose el rostro con la montura de sus gafas et rompiéndolas de paso, mientras quedaba inmóvil y silencioso. Alarmados, reclinámonos sobre el caído et preguntámosle qué le ocurría, a lo qual respondió desde el suelo: "Nada... que tropecé... et non sé bien con qué". Fízose maese Corronchos cargo de la situación muy de seguida aclarándonos que maese Pistachito había "cogido un globo", cossa que muyto me extrañó pues por más que miraba el cielo non parescía surcando por él globo alguno. Al final paresce que al vahído de don Assalit también se le llama "mal viage" et es causado por el maldito cigarro mentolado que passaba de mano en mano et que le había producido una bajada de tensión.

Sentamos al pobre Pistachito en una silla et mientras preparábanle una agua açucarada para levantarle la tensión... ¡volvióse a plegar el hombre sobre el costado, diziendo incoherencias e faziendo ánimo de vomitar! E tal fue el momento de volver a entrar en el albergue, fazerle comer algo dulce (a lo que se negaba con obstinación) et, finalment, acompañarlo a la cama cogido entre dos hombres porque apenas podía dar un paso. Seguílos yo mesmo con una bolsa de basura presta por si vomitaba la cena et decidimos todos que ya estaba bien por el momento, que iba pronto a sonar la hora de prima et nos quedaban apenas un par de suspiros de sueño, retirñandonos a nuestros camastros bien calenticos hasta una mañana siguiente que ya casi era venida.

Como también voy a fazer yo agora, que convendrán mis lectores que non han sido pocas emociones las narradas para seer la primera jornada... ¡y aún incompleta!

Crónica de la Marató 2010

CRÓNICA DE LAS AGOTADORAS JORNADAS QUE LAS TROPAS D'ARAGÓ, CATALUNYA ET LA RIOIIA PASSARON EN LAS TIERRAS DE VILAFRANCA DEL PENEDÈS, DE LOS MUCHOS TRABAXOS QUE EN ELLAS SE FIZIERON, DE LAS GRATAS HORAS QUE SE PASSARON ENTRE CHANZAS E CANZIONES ET DE UN GLOBO MENTOLADO ET UNA CASTANYERA QUE POR ALLÁ VOLARON...

a mès a mès de muytas otras fazañas que serán contadas, como quiere el hábito, por maese Enrique de Çaragoça, monje benedictino et Cronista Maior de la Hueste Fidelis Regi, que a ellas assistió et muyto las disfrutó.

In nomine Patri, et Filii, et Spiritu Sancti. Amen.

PRIMERA JORNADA
L'arribada al campament.

¡Jesús bendito e misericordioso, cómo es passat el temps desde la útlima vegada que las tropas de Aragón y Catalunya fizieron juntamiento cuando lo de Moyuela, por non dezir los doce meses que eran transcurridos desde la última ocasión que la hueste de admirables camaradas de Arcoflis nos convocasse en tierras del Condado de Barcelona por lograr donativos para la noble causa de la Marató! Grandes e aún tremebundas eran las ganas queste viejo escribano había de vestir sus sayales, tomar sus cálamos e narrar las peripecias de los guerreros de la Corona en otro de los no suficientemente abundantes eventos que jalonan su geografía i el tiempo que los separa.

Nuevamente eran convocadas, pues, las mainadas aragonesas a la Marató por nuestros anfitriones de la hueste de Arcoflis, que recordarán mis lectores cómo el passado anyo la lluvia (injustamenbte achacada a las malas artes de Maese Pistachito) et otras negras historias de brujas gloriosa e afortunadamente fenecidas deslucieron el evento, de modo que haciendo punto e aparte, et con buenos ánimos e desseo de que en aquesta ocasión nos respetasen las malditas nubes durante al menos tres jornadas, salieron de la ciudad de Çaragoça los mesnaderos de Fidelis Regi y de ACHA camino a Vilafranca, cada uno por su lado, mas de tal manera que este monje escribano de razión, non fiándose de las hechuras de su equino blanco que tantos disgustos le diese el passado anyo, fizo apuntamiento con maese Javier Polo, maese Pero Maça et don Assalit de Gúdal, recoxiéndole el primero con su flamante e capaz cabalgadura en las afueras de la ciudad del Ebro e partiendo luego todos muy contentos camino al Principado apenas una hora passada la de nona, mientras nuestros camaradas don Atho de Foces, donna Rocío Bruna e don Pero de Ahones abrían camino poco tiempo antes e don Ximen Cornel et mio señor don Ruy Ximénez de Urrea partían horas después, aquesta vegada sin la companyía de donna Ana de Luesia, que quedaba en sus posesiones de La Muela con graves quebrantos de salud en compañía del fiel Ibn y de la rabia contenida por non poder acompanyar a la hueste en su nueva aventura.

Partimos, dezía, mas antes de tomar el Camino Real hacia la Catalunya fizimos un alto en la villa de Alfajarín por recoger en los talleres de maese Fernando Abad una saya encordada que don Pero Maça habíale encargado tiempo atrás. Recoxida et pagada la saya -que era en verdad muy linda e bien cosida, aunque sin las cintas de tela para ceñirla que se le habían pedido al maestro teixidor- e habiéndose probado maese Pistachito de Gúdal unas lucidas manoplas que a la postre non mercó por non hallarlas de su agrado, volvimos a montar todos los cuatro mesnaderos en el carro de maese Polo e partimos ya directamente hacia nuestro destino antes de que se congelase el infierno.

Mas non crean mis fideles lectores que el viage iba a ser miel sobre hojuelas, que andaba el escribano algo descompuesto de las sus extensas asaduras et a la altura de Montblanc fue necesario fazer un alto en el camino en un fondaco de la calzada para aliviarse el monje et tomar un refrigerio sus acompañantes, que la noche era caída a temprana hora -como suele en el otoño tardio- et apetecía el cuerpo de infusiones e cafés calientes que lo templasen. Fecho lo cual, en compañía de las mosicas de un tal James Brown et de unos melenudos llamados "The Beatles" o algo asín (juglares todos ellos del gusto de maese Polo et de cuantos con él viaxábamos), arribamos a Vilafranca del Penedès... O al menos eso creíamos.

Porque habéis de saber, queridos lectores, que la salida del Camino Real y la entrada a la Vilafranca del Penedès están cuajadas de ese invento del demonio que llaman "rotondas", et como entre la bella llengua catalana, las sombras de la nocte et la escasez de indicaziones fazían difícil hallar el correcto sendero hacia el albergue juvenil do nos esperaban nuestros amigos, equivocamos un par de veces la senda, nos incrustamos en un soberbio embotellamiento de cabalgaduras en las calles de la vezindad, pedimos consilium et auxilium a los vezinos et al fin, pasada más de una hora de completas, llegamos al campamento sin más novedad. Y eso que no eran pocas para ser el primer día.

Et como estarán vuesas senyorías digiriendo aún tantas aventuras en tan poco espacio, passaremos muy de seguido al siguiente pergamino...

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Bodas de Isabel 2011

El viento es el más veloz de los mensajeros. Por él viajan los sonidos, las voces, la música y las palabras. Él es quien agita las velas de los barcos llevándolos a su destino, quien acompaña los pasos de los hombres sobre los caminos, quien susurra poemas de amor en los oídos de los amantes.
Como cada día, desde hace ya cinco años, en la villa de Teruel, una hermosa joven asoma su cabeza por la ventana de sus aposentos, a la espera de que el viento enrede en sus cabellos el eco del galopar de un caballo que le anuncie el retorno de su amor. Cada día. Desde hace cinco interminables años.
Abajo, en la calle, las gentes engalanan la ciudad para celebrar los desposorios de la joven dama con el rico hermano del tenente de Albarracín. Pero ella no presta atención a estos preparativos: su mente se encuentra muy lejos de Teruel.

El corazón de Isabel late con fuerza cada vez que un grupo de viajeros atraviesan la puerta del Guadalaviar, hundiéndose de nuevo en la desesperanza al comprobar que se trata de uno más de los invitados de su insigne prometido. Pero no desespera, a pesar de las recientes malas nuevas, cuando un desconocido anunció a todo Teruel, en la plaza de la Catedral, que Diego estaba muerto.
Su corazón se niega a admitirlo. Su amor es más grande que toda desesperanza. Y el viento, ese mismo viento que levanta el polvo de los caminos con el galopar de los caballos, mece sus ilusiones y le ha prometido que su amor regresará…

“Diego, amor mío… ¿Dónde estás?”

……..

De nuevo, un año más, La Fundación de Las Bodas de Isabel, tiene el honor y el placer de invitar a todos aquellos recreacionistas que quieran sentar sus reales, en el campamento habilitado mientras dura la recreación de la preciosa leyenda de Los Amantes de Teruel. También un año más, Fidelis Regi ayudará a la coordinación del mismo, con la misma ilusión y dedicación que los años anteriores.
La representación de Las Bodas, este año será los días 17, 18, 19 y 20 de febrero de 2011.

En breve haremos público el programa y otros detalles.
De momento os agradeceríamos vuestra inscripción por medio de la ficha que se coloca a tal efecto en la web de la Fundación y/o bien mediante envío de correo electrónico. Por motivos de organización el plazo de inscripciones se cerrará con fecha del 22 de enero.
fundacion@bodasdeisabel.com