jueves, 19 de mayo de 2016

Convocatoria X encuentro Recreación Medieval Castillo de Peracense, 2.016.


 
Yo, Ximén Cornel, consejero del muy alto y poderoso señor rey don Jaime, hijo del rey don Pedro, de ínclita, grata y memorable recordación, a todos mis caballeros, mesnaderos y vasallos, así como al resto de barones, ricoshombres, infanzones, concejos y universidades del reino entero, salud y dilección:

    Desde mis tierras a ripas de flúmen Gállego yo os digo: mi preocupación aumenta como torrente en primavera. Pésanme los años, pero aún más los grandes males que se ciernen sobre el futuro de la Corona. De todos vosotros es bien sabido que me gobierno como neutral y que nada más me guía que el bienestar del reino. Muchos son los que consideran mi consejo y aún algunos afirman que en ellos se contienen prudentes palabras. Es por ello que me atrevo a dirigiros esta epístola.

     Ya sabréis, y si no es así, así os lo digo, que el Papa Inocencio  ha organizado definitivamente el Conseyllo de la Procuración que desde el desastre de 1213 tutela la regencia de nuestro señor don Jaime. Siendo hasta ahora el  Santo Apóstol amparo y protección de la vida de nuestro joven monarca, desde la  malhadada y torticera muerte de su padre. Pero un Reino sin una cabeza visible que gobierne y tome decisiones, se convierte en un terreno abonado para rebeldías, confabulaciones y traiciones, por mirar  algunos, las más de las veces,  antes su propio interés que el que lo fuera del reino. Añadidas, en estos últimos días, a estas disputas internas y desleales, la intención aviesa del rey de Navarra  por ampliar su territorio a costa del nuestro, aprovechando  la edad de nuestro monarca y su difícil situación.  Desde este Conseyllo intentaremos evitar que el reino padezca, pero ronda en mi cabeza la idea de saber de cierto sobre vuestra voluntad y lealtades, pues, a mi entender, un reino necesita de un rey, si no fuerte, al menos de buen consejo.

     Es por esto, que os aviso y advierto para que nos confederemos todos cuantos, ya sean perlados, ricoshombres, infanzones u hombres buenos de lugares, villas y ciudades, que se preocupan por el futuro de Aragón y del linaje y casa de nuestro señor y joven rey. Y de tal modo que  prometamos todos tomarle bajo nuestra defensa, amparo y custodia, así como tenerle bajo nuestra protección y consejo, procurando su servicio y el bien de toda la tierra, reino, condados y señoríos.

Por ello, de manera encarecida, os convoco, de nuevo a ese castillo de la extremadura aragonesa, el rojo castillo de Peracense, para que, bajo el amparo de nuestro par, el buen  barón don Sancho de Antillón, prestemos pleito de homenaje  de manos y boca, de tal modo que  nadie de entre nosotros, ni ningún otro que mal traidor será,  saque a la persona de nuestro señor rey del poder de quien, por nosotros y nuestro juramento, haya de tenerlo a su cargo, salva sea la voluntad de todos nosotros conjuntamente expresada y sin mediar mala voz de ninguno, so pena de incurrir en perjurio y artera traición. Por tanto, os requiero para que rindáis sagrado juramento de homenaje y fidelidad a don Jaime de Aragón, y para que nos demos, unos a otros y todos en conjunto, fianza y garantía de, más pronto que tarde, ponerlo al frente de sus deberes como señor de todos cuantos sus vasallos somos en él reino, condados y señoríos que a su Corona de Aragón atañen y pertenecen por gracia de Nuestro Señor Dios Padre.

    ¡Barones, ricoshombres, caballeros, infanzones, mesnaderos, prohombres, ciudadanos honrados, concejos y universidades, villas y villeros de todos los dominios de nuestro señor rey, acudid, corporalmente o por los representantes que por más conveniente tengáis, al Castillo de Peracense  en las nonas de agosto del año de la Encarnación del Señor de mil y doscientos dieciséis! ¡Venid de nuevo al Castillo Rojo, muro del reino, y, todos unidos, como ya habéis hecho en muchas otras ocasiones, sostendremos reino y corona!

Datum in Moriello, IIIº kalendas may.