lunes, 27 de diciembre de 2010

Crónica de la Marató 2010 (4)

CONTINUATIO
"¡Entalto Urrea!"

Comimos, pues, con buena gana e mejor compañía una pitanza sabrssísima como todas las que en la Marató degustamos, y que en aquesta ocasión era de ensalada de pasta como primera vianda et una carne guisada con salsa como segunda, acabando con unos lamines de chocolate et yema como postre, tras lo cual algunos mesnaderos -don Atho de Foces, donna Rocío su esposa, don Assalit de Gúdal, maese Gominolo et yo mesmo- retirámonos a nuestras habitaciones por robarle algo de sueño al tiempo antes de començar las actividades de la tarde. Fue una bien aprovexada siesta de apenas una hora, pero nos templó los ánimos e descansó los cuerpos siquiera brevemente, que mucho lo necesitábamos. ¡Bendita sea la costumbre mora, que non por venir de infieles resulta menos agradable e bien discurrida!

Levantamos del catre una hora antes de vísperas, salvo maese Pistachito, a quien non quisimos despertar porque necesitaba del sueño más que nosotros, cambieme de ropas por otras más calenticas (ya que el frío empezaba a llegar acompañado por las sombras de atardecer) e preparámonos para las siguientes actuaciones, que non eran otras que la continuatio de la exposición de armas, una exhibitio de lucha con espadas entre los caballeros de ACHA et un cuentacuentos del que se encargó vuestro escribano, contando tres historias sobre "La Campana de Huesca", "Ioan, el escudero, y el Dragón" (la qual ya conoscen mis lectores por lo de Moyuela) et "La muerte del rey don Sancho Ramírez" ante un público que parescía poco interesado en alguna dellas, sin duda por tratarse de historias del reyno d'Aragón desconocidas en el Condado de Barcelona, a pesar de lo cual fue muy aplaudido el escribano por su buen recitar e su mejor cantar. Digamos también que fue una tarde muy completa de visitas, pues rescibimos la de Fray Galcerán et la de Jaume Escudé, que por allá se passaron a saludarnos muy contentos, además de todo un regimiento de adolescentes que se interesaron muy en especial en las armas de la expositio, faziendo montar en cólera a maese Corronchos cada vez que veía a los impetuosos jóvenes lanzarse sobre manguales, espadas, yelmos, hachas et dagas sin precaución alguna et con grande precipitatio e curiosidad.

Conoscimos también aquella tarde a maese Martin, un joven muchachico de apenas 20 primaveras procedente de un extranyo lugar llamado "Praga", que parlaba la lengua castellana de malas trazas et que resultó un gran aficionado a la cachimba, de modo que entre los infantes que dibuxaban escudicos et las damas que servían cerveza e refrescos en la taberna pronto se plantó la cachimba de maese Martin junto a la de don Ruy de Urrea et fumamos todos los tres un muy aromático tabaco de cereza, especialmente cuando donna Elisa de Montserrate consiguiónos carbón de quemar en una tienda de la villa, lo cual muyto le agradescimos. Ciertamente no he insistido demasiado en el asunto de la sisha, pero como es sabido que allá do se junten las casas de Urrea et Pardo ha de haber siempre una cachimba encendida do disfrutar de momentos de relajo, no me ha parecido necesario ahondar en la cuestión, que es lo mesmo que dezir que fumamos como carreteros cada vez que pudimos fazerlo durante todos los tres días de la Marató. E aún he de comentarvos también que en lo que toca al fumeque, estaba prohibido fazerlo en el interior del albergue por lo cual fue necessario salir fuera al relente de la noche cada vez que algún mesnadero pretendía incinerar cilindrines, de tal manera que alguno atrevióse a sugerir que siendo más los fumadores que los abstemios aún debían ser éstos quienes saliesen fuera. Mas non diximos nada desto a nuestros compañeros por no soliviantar los ánimos.

Llegóse destos modos la hora de la cena, que fue de macarrones e albondiguicas con salsa muy sabrosas, tras la cual volvimos a probar los lamines de yema e chocolate que antes dige. Fecho esto llegóse la ocasión del segundo pase del espectáculo de Les Morenitos, que volvieron a repetir la Balada de Pardines para los numerosos arqueros que habíanse juntado en Vilafranca, et luego cantaron para don Ioan de Ancheta una Serenata Tímida et una otra Serenata Intimidatoria. Abierto un período de tiempo para el descanso, en el entreacto nuestros hermanos de Arcoflis aprovexaron para homenajear a los presentes agradeciéndonos grandemente nuestros muchos trabajos en la Marató et otorgándonos unos diplomas para cada mesnada como recordatorio de la ocasión. Et tras ello, "Les Morenitos" ofrecieron para acabar un copublicado del Comando Fidelis, "grupo que reivindica la supremacía de los Ricoshombres de Aragón por encima de arqueros, ballesteros, almogávares y otra gentuza" según ellos mesmos se presentaron, cubiertos por yelmos anónimos, pidiendo entre otras cosas la ampliación del canfranero hasta Atenas e Neopatria e la prohibición de usar flechas, virotes y hondas en todo el territorio de la Corona, recordando además que la devolución de los Bienes de la Franja retenidos en Lleida non era preciso pedilla por encontrarse tales Bienes ya en Aragón, pues todo es su Corona incluyendo el condado de Barcelona, acabando todo con un "¡Entalto Urrea!" como grito de guerra del Comando Fidelis.

Muy lindamente aplaudido fue el sainete por todos los presentes, tras lo qual se fragmentó la reunión en varios grupos dispersos por el albergue de tal modo que revoloteó vuestro escribano acá e allá, ora jugando a un juegop de pistas con las damas e caballeros de Gala Placidia, ora fumando sisha en compañía de don Ruy de Urrea, ora ejercitando la voz en el cántico de viejos cármenes infantiles con los mesnaderos de ACHA a través del micrófono, desgranando antiguos sones como "Ancho Cipote, Cipote Ancho", "La Abeja Maya", "La guerra verdulera" (que el escribano cantó de primera a última nota, rescibiendo la felicitatio de la bella donna Pilar Magaña), "Ornitorrinco" e otras muytas, además de un juego chusco inventado por un mesnadero de ACHA e don Marco Ieneguez consistente en hallar títulos de películas con la palabra "macarrón", de tal manera que por allá passaron "El macarrón de las galaxias", "Los macarrones de Elliott Ness", "Salvar al soldado Macarrón", "Macarrón-man" o "20.000 macarrones de viaje submarino", tontada esta última que fizo partirse de risa a mi señor de Urrea como si hoviesse escuxado el comentario más chusco del mundo.

Mas a esas horas (debía faltar poco para la de maitines) andábamos todos ya mui perjudicados del poco dormir et el mucho trasnochar la nocte anterior e decidimos retirarnos a nuestros aposentos a la espera del nuevo día, última de las jornadas de la Marató...