martes, 15 de septiembre de 2009

CRÓNICA DE MOYUELA 2009 (y II)

SECUNDA JORNADA

Apenas tres horas después de acostarse, hacia tercia, despertó el escribano sobre su cama con el cuello e cabeça doloridos de la mala postura mas con el cuerpo descansado, que non era el catre propicio para los dolores de la reúima, cosa que agradescí sobremanera. Salí del pabellón dexando a don Rodrigo de Liçana en en tercer sueño e subíme al camino real do se hallaba un fondaco en el que me desayuné, encontrando en él a unos lugareños que por allí se hallaban et que mucha sorpresa tomaron de encontrar allí a un amanuense vestido con sayas, si bien nada me dixeron et muy amablemente me cedieron lugar en la barra de servizio. Con el cuerpo más animoso tras un café caliente e unos lamines, descendí de nuevo a la campa do hallé a donna Elisa de Montserrate ya levantada et el su esposo don Jaume Montull dormido e con sus agresivas roncas que llegaban a despertar admiración e casi miedo en quien las oía. Fablamos un poco donna Elisa e yo mientras todos iban despaciosamente llegando a la campa con los ojos cargados de sueño, que se encargaron de disipar los dulzaineros de Gordobordón, que a poco començaron a tocar sus instrumentos rompiendo la paz del campamento e animándonos a començar la jornada, de modo que a la hora prevista -más o menos, questo de las horas es algo que los caballeros del rey llevamos algo irregularmente- estábamos todos dispuestos para acudir a misa mayor acompañando a los miembros del concejo de la Villa.

Partimos en donoso desfile, pues, hacia la iglesia do encontramos a la puerta a los munícipes moyelanos et entramos en ella dexando en solemne ceremonia nuestras espadas et estandartes apoyados en las jambas del portón del templo, entrando en él luego et disponiéndonos en derredor del altar mayor, incluyendo a donna Roçío Buna, cuya presencia en el lugar fue muy criticada por las comadres, non acostumbradas a veer a una donna en lugar propio de hombres, y menos tan bella. Mas ya saben vuesas senyorías que si algo non es la Mesnada Fidelis Regi es previsible, de tal modo que dexamos rabiar a quien rabiar decidió et nos centramos en la ceremonia de la Eucaristía, que he de dezir que fue un tantico tediosa e acompañada de un coro cuya calidad non era pareja a la de los monjes benedictinos de Santo Domingo de Silos, pero que se perdona por la buena voluntad et esfuerzo que en el canto pusieron, teniendo además los presentes la fortuna de escuxar cada cántico dos veces, pues el maestro de coro recordaba a los cantantes cada estrofa cantándola él primero et luego sus corifeos repitiéndola, lo que resultaba curiosa novedad en lo que a cánticos monacales toca. Arrodillámonos los soldados en la Consagración, dímonos la paz, rezamos el Pater Noster, comulgó don Rodrigo de Lizana (pues los demás teníamos demasiado sucia el alma como para rescibir a Cristo sin antes haber confesado) et finalmente pronunció el sacerdote el "Ite. missa est" para nuestro alivio, pues casi una hora había durado el sacrificio de la Eucaristía.Salimos a la plaza de la iglesia entre un arco de espadas formado por los soldados presentes y, enseguida, continuóse la celebratio del Juicio de Dios iniciada el día anterior y entre aplausos abandonaron los Fideles del Rey la plaza de la iglesia para dirigirse a la de la Fuente, do íbase a vestir al caballero según acostumbran, mas por el camino trovó el escribano a unas muchachas muy hermosas e jovencicas que, reconosciéndole de los cuentos de la noche anterior, pidiéronle al cuentacuentos la gracia de contar uno más dellos. Y como juventud, mujer, belleza e interés son la combinación exacta de la fórmula para que el amanuense dom Enrique de Çaragoça pìerda los papeles et se rinda a sus peticiones, allí mesmo, en la puerta de una casa de la villa et con tan donosa et agradable platea, desgranóles el cronista a las muchachas la insólita historia de la Campana de Huesca, protagonizada por el buen rey don Ramiro II de Aragón, la cual fue muy agradescida e aplaudida por las damiselas, quedando aquéstas encantadas del detalle et yo muy ufano e feliz de habellas contentado, siendo felicitado por el conde Armando de Villalba que conmigo venía y al que agradó también sobremanera el detalle que con las pequeñas moyuelanas había tenido motu proprio.

Abarrotada estaba la plaza de la Fuente mas para nuestra desgracia non por ver el vestir al caballero sino porque en ella se estaba repartiendo caldereta de liebre, vino e mosto recién pisado, pan con vino e azúcar et otros lamines que los moyuelanos disfrutaron a plazer, de tal manera que mucho nos costó congregar en torno a la tarima de la plaza la cantidad suficiente de público para contemplar la panoplia de un guerrero del siglo XIII, que fue vestida sobre la persona de don Fortún de Ayala, ayudado por don Rodrigo de Lizana et explicada por mí mesmo a un grupo de espectadores (et expectadoras, pues mostraba don Fortún el torso descubierto et me temo que fue aqueste mayor imán que el recio vozarrón del escribano) que tuvieron a bien escuxarnos. Por entonces también rescibimos la siempre grata visita de Maese Polo et la entrevista de las cámaras de "Aragón TV", que tomaron palabras de don Atho de Foces, don Gombaldo et donna Elena de Tramacet et don Rodrigo de Liçana explicando el Juicio de Dios que habíase desarrollado unos momentos antes, quedando muy satisfechos todos et prometiéndonos questas palabras e imáxenes sería vistas por todo el reino de Aragón mediante el mágico artilugio llamado "Televisión" una hora antes de completas.

Cansados e sudorosos regresamos a la campa do, habiéndose terminado ya nuestras actividades en Moyuela, començamos poco a poco el desmontaje de los pabellones con tanta fogosidad que, sin comello nin bebello, a poco ya estaba todo adereçado para cargarlo en la caravana que a la tarde regresaría a Moyuela por llevar todos los enseres a nuestro caravansar saraqustí, de modo que cambiamos casi todos nuestras ropas del siglo por otras más modernas et nos dirigimos a la corrala de la casona de donna Elena de Tramacet para degustar una sabrossísima comida de migas con ajo e patata acompanyadas por unos trocicos de choriço picante que estaban realmente sabrosos. Aprovexó el escribano, ya transmutado en profesor, para escribir unos cuantos diplomas dedicados a los mantenedores de la fiesta et también para una amiga de maese Polo et el grupo Gordobordón, que mucho nos habían acompañado en aquestas jornadas et que también se hallaban presentes en la desgustatio de las migas. Partió después de comer don Rodrigo de Liçana (al que, tal vez por impresión del escribano, había notado un tantico taciturno durante toda la mañana, sin duda por el poco dormir et las muchas tribulaciones que a su alma aquejan) et alargamos aún un poco la sobremesa hasta la llegada de la caravana conducida por maese Javier, que fizo su aparición a la hora prevista.

Et non queda nada más por dezir: montamos en nuestras cabalgaduras, nos despedimos de donna Elena et don Gombaldo que en Moyuela quedaban et cada uno partió hacia su casar de destino hasta una próxima ocasión, que será en la villa de Pina de Ebro antes de que aqueste mes de septiembre acabe y que narraré a vuesas señorías del mismo modo questas jornadas de Moyuela quedan registradas en la memoria escrita de la Mesnada Real de mano de su escribano e Cronista Maior.

En el castillo de Zufaria, a 15 días de septiembre de 1119, festividad de Nuestra Señora de los Dolores

Enrique de Çaragoça

Cronista Maior de Fidelis Regi